Libro presenta forma práctica y lúdica de enseñar las Matemáticas

     No es lo mismo aprender  a sumar y restar con una operación numérica como 2+2 = 4 que sumando y restando la cantidad de dinero que tengo para comprar dos completos. Desarrollar ejercicios con ejemplos de la vida cotidiana sería mucho más fructífero para aprender ecuaciones. Así lo entiende, por lo menos, el estadounidense Kenneth Chelst, autor del libro “¿Avanzará esta fila alguna vez?”.

     Una idea que comparte y quiere replicar en las aulas chilenas el Instituto Sistemas Complejos de Ingenieria (ISCI) de la Universidad de Chile. El organismo tomó el libro y lo puso a disposición de los profesores que semuestren interesados. En 2009, capacitaron a 100 docentes. Este año esperan llegar a los 200. 

     El libro propone aprender la materia con problemas reales, como una venta de completos en la escuela o cómo elegir una universidad, donde a los estudiantes se les plantea un ejercicio con datos reales y se les invita a desarrollar estrategias donde el profesor actúa como facilitador y no como un revelador de la verdad. Finalmente los estudiantes pueden llegar a obtener diversas respuestas y todas podrían estar correctas, dado que no existe una sola, según el ISCI.

     “Esta forma de enseñar se contrapone a lo que los profesores hacen en Estados Unidos y en Chile, que es presentar primero el contenido matemático y luego la aplicación, o usan problemas que no tienen relación con la realidad y así la clase pasa a ser el lugar donde no se tiene opinión”, señaló José Cifuentes, asesor pedagógico del organismo.

DE EE.UU A CHILE

     Hace 15 años, el ingeniero Kenneth Chelst comenzó un proyecto: crear un libro para el gobierno norteamericano que motivaran a más norteamericanos a aprender matemáticas enseñando fórmulas y cálculos a partir de ejemplos cotidianos. El experto jamás imaginó que una década después, ese texto llegara a manos chilenas, fuera traducido y ofrecido  a los docentes, siendo hasta ahora el único país que lo ha hecho.

     Años más tarde, se le solicitó a él y su equipo la creación de dos libros nuevos, uno de álgebra y otro de probabilidades. De esa forma, los textos llegaron a 20 colegios.

     El modelo, hasta el momento, se implementa sólo en alumnos de enseñanza media. Según el autor, se pretende extender a los escolares más pequeños.